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Una noche Erotica Y De Pasion (Solo Adultos)

Una noche Erotica Y De Pasion (Solo Adultos)

Antes de comenzar a leer les pido no lo lean con lujuria y depravasión,
pues no intento hacer pornografía, si no crear una historia de erotismo
y romanticismo. De antemano agradezco sus comentarios y calificaciones.

Era una noche tranquila en una fiesta en mi apartamento; desde el momento en
que te vi, supe que esa noche tenías que ser mía, me hipnotizaron
tus ojos grandes que irradiavan lujuria, tu boca con lapiz labial “rojo pasion”,
esos labios que invitaban a besarlos; no me pude resistir y me acerqué a preguntar
cuál era el nombre de aquel angel.

“Osiris”  Me dijo un amigo que me observaba como estaba cautivado por tu cuerpo,
ese vestido negro con el escote que dejaba poco a la imaginación y la abertura
en la espalda que llegaba justo a donde termina la misma y empieza la cadera,
esa cadera que por sí sola decía mucho pues su esplandor y firmeza se remarcaban
gracias al vestido que llegaba justo debajo de ellas, dejando tus piernas asomarse,
esas piernas de diosa que con la simple vista se podía saber lo suave de tu piel.

Me hacerque a ti y pregunte: “Señorita, ¿podría conversar con usted?”; y como si tu
voz hubiera sido hecha sólo para ti con un tono suave pero seductor como toda una
musa del olimpo contestaste: “Claro... Es tu apartamento, ¿No es cierto?”
En ese momento supe que estaba en presencia de un verdaro Angel.

Conversamos toda la noche y ha punto a terminarse la reunión volteamos a vernos y
supimos que no acabaría en ese momento.

Al irse todos te busqué con la mirada y con la luz apagada sólo veía tu silueta
en el balcón, me acerque por detrás y tomandote de la cintura te dije “Al fin solos”
con voz suave al oido inclinaste tu cabeza dejando ver tu cuello el cual bese sin
tituveos y pude constatar que tu piel era suave y con un aroma delicioso; pasaste
tu mano sobre mi hombro para acariciar mi pelo.

En ese momento volteaste rodeandome con tus manos por el cuello y con esa voz
angelical solo dijiste: “Estaba esperando este momento desde que entre a tu apartamento”.
Me quede callado y observandote fijamente a los ojos supe que debía besarte. Ese primer
beso en tu boca, me supo al más dulce de los vinos. Estuvimos besandonos tiernamente
durante minutos, parecía que dos almas se empezaban a unir en una.

Te tome de la mano y caminamos hacia mi habitación; encendí las velas que con su
aroma envolvían un ambiente de lujuria, ternura y pasión. Te tomé nuevamente por
la cintura y besé tu nuca; subí mis manos lentamente por tus costillas rosándolas
con la yema de mis dedos, te tomé por los hombros y acariciando tus brazos
fuí quitando lentamente ese vestido de seda.

Mientras besaba tu cuello y subía a tus oidos, te mantenía sostenida de la cintura.
No hablabas; sólo disfrutabas el momento como una niña a punto de llegar al parque.
De pronto, baje por tu espalda, saboreando cada centímetro de tu piel con mis labios
y rosando tu vientre con la yema de mis dedos, llegué hasta la parte de tu cadera y
con mis manos te quite suavemente la ropa interior.

Bajando lentamente mis manos por tus piernas tan sólo tocandolas con las yemas de los dedos,
lentamente besándolas al mismo tiempo. Me levante y tomandote de la cintura y dandote la vuelta
te recosté suavemente sobre la cama.

Me quitaste la playera con desesperación y casi arrancas mis pantalones como si estuvieras
abriendo un regalo de navidad; te montaste sobre mi y comenzaste a besar mi cuerpo mientras
con tus manos acariciabas mi pecho. En el momento en que llegaste a mi entre pierna comenzaste
a besarme los muslos; yo sentía como mi cuerpo se estremecía encorvando mi espalda y apoyando
mi cabeza contra la almohada.

Comensaste a hacerme el sexo oral besando suavemente mi miembro y pasando tu lengua por
él metiéndolo en tu boca y sacándolo despacio, en ocasiones yo sólo podía acariziar tu
cabeza y tocar tu cabello negro como la noche.

Después de un rato te levanté y bruscamente te coloqué boca arriba empezando a besar
tu cuello, mientras que con mis manos acariciaba tu vientre; bajé lentamente hacia
tus senos besándolos y saboreando tus pezones que se erguían duros sobre esos senos
que no eran enormes sino del tamaño adecuado y redondos firmes y blancos como tu piel, la piel de una musa.

Así bajé despacio, besándo cada parte de tu cuerpo y acariciándola, como se acarica una rosa.
Para no romperla, bajé besándote las piernas mientras con mis manos acariciándote las caderas
firmes redondas; esas caderas que me habían llamado a tocarlas desde que las vi.
Subí hacia tus muslos, abriendo tus piernas y dejando al descubierto esa parte que palpitaba de exitación.

Besando tu vagina metiendo mi lengua para rosar tu clítoris, mientras tu me estiravas
el pelo y te arqueabas tu espalda, como si quisiera tu alma salir de tu cuerpo; tus gemidos
parecian cánticos gregorianos aquella voz de angel se había convertido en la voz de la lujuria y placer.

Después de un rato, subi lentamente, besando y saboreando de tu vientre el sudor que
la exitasión te había ocasionado. Tus senos estaban endurecidos, tu piel se tornó en
un color rojizo y suavemente me posé sobre de ti, observándote fijamente a los ojos
y con una mirada dulce, sólo parecías pedir que continuara.

Abriendo tus piernas con mis rodillas comense a penetrarte suavemente con un ritmo lento,
pero pero delicioso quería alargar lo más posible el momento, tu cruzaste tus piernas por
mis muslos y con cada arremetida te encorvabas; tus gemidos de placer me exitaban cada vez
más y subí el ritmo y la velocidad, parecía llevarnos al éxtasis, tus gritos se escuchaban
al otro lado del mundo y cuando estuvimos apunto de terminar...Paré.

.. .y tú, como si fuera obra de teatro ensayada, te montaste sobre mí, y yo sólo apreciaba
la majestuosidad de tu cuerpo ese vientre plano y esas caderas grandes sobre mí me que invitaban
a tocarlas te tomé por la cadera y empezaste a moverte suavemente adelante y atrás dejando que mi
pene penetrara cada vez más dentro de ti.

De pronto cambiaste el ritmo y el movimiento, subiendo y bajando con gran velocidad mientras
subías yo te obligaba a bajar con mis manos y cada vez nos acercábamos mas al climax, yo me
encorvé y gemía de placer, mientras tu pusiste tus manos sobre mi pecho y regresaste a moverte
hacia delante y hacia atrás, esta vez con más velocidad.

En el momento en que llegamos al climax los dos gritamos de placer y parecían nuestros
cuerpos uno; nuestas almas estaban unidas. En ese momento te dejaste caer sobre mi y yo
te abrazé y sin decir nada sólo nos miramos a los ojos, nos dimos un último beso y pasamos
el resto de la mañana dormidos, abrazados, aferrados el uno al otro.

En ese momento supe que no sería sólo esa ocasión donde nuestros cuerpos y almas se unirian.

Espero disfruten de esta lectura, no intento ser pornográfico ni insultar a nadie, es solo una historia de erotismo, romanticismo y pasión, la primera de tantas.

Comenten y lúanlo con mente abierta no con lujuria y depravacion por favor.

AngeluzX... D.J.